miércoles

Yo era como la nada que ella se había encargado de llenar. Era... Como si hubiera estado muerto todo ese tiempo, como si cada una de mis respiraciones no hubieran sucedido realmente.
Su odio comenzó a llenarme un día mientras yo me limitaba a mirar como lloraba tirada en el suelo. Y solo podía maravillarme. La veía temblar de dolor y ahogar los gritos para que nadie la escuchara, porque entonces se daría cuenta de que nadie la veía realmente, que nadie podía alcanzarla.
Vi como se quedaba sin aire mil veces y nunca corrí a ayudarla; ella estaba sola tras su muro de cristal.

Era el espectador de la media historia que compartieron conmigo. Ahora pienso que en el fondo llegué a enamorarme de lo que hubo, y que yo también la necesitaba pero no podía llorar, porque cuando se fue a mí se me congeló el corazón y a Roxanne se lo arrancaron. Los dos nos paramos en el tiempo, con la diferencia de que yo vivo por vivir y a ella no le queda ni eso. 
Todavía llora, y yo sigo aun sin consolarla. Me sigue pareciendo hermoso, que quieres que te diga. 
Ninguno de los dos te hemos olvidado y yo sé que ella tiene una forma más especial de recordarte que con estúpidas cartas. Pero no vuelvas. Déjala muerta ¿de acuerdo? Yo sé que la quieres todavía, sea donde sea que estés. Con eso basta.

6 comentarios:

.A dijo...

yo tambien vivo sin vivir desde que se fue..

Anónimo dijo...

Qué carta más emotiva.


Una bolsita llena de sugus de naranja.

Anónimo dijo...

Que cosas tan preciosas escribes! leí algunas de tus entradas... no dejan indiferente a nadie. Precioso tu blog!

Cuidate y sigue deleitándonos con escritos tan emotivos!

Débora Sandoval dijo...

"Amores que matan nunca mueren"

Lindo texto
Te leo (:
Saludos

Bika Thraumer dijo...

Muy sentimentaaal, me fascina.. Besos

Ma and Lu dijo...

P-R-E-C-I-O-S-O :)