sábado

Veneno en la boca en forma de bala directa al corazón.

Yo ya sabía que me equivocaba, lo sabía mucho antes de que Ana, Alicia, o quizás Almudena, las chicas A, me lo soltaran un día como quien dispara una bala envenedada de odio y asco por la boca, solo para herirme, para verme retorcerme en el suelo mientras gritaba sabe quien a quien. Pero no les di ese gustazo a aquellas zorras, ni hablar. Mi abuelo me había enseñado que en esta puta vida no valía arrodillarse, porque te comen, María, dijo, porque todos ellos, ratas cabronas de mierda, se lanzan hacia tí y te comen las entrañas. Aquello se me quedó grabado como el sabor del café amargo que me dio después y que nadie me había dejado probar por lo de mis ataques. Igual que lo que había hecho mi bisabuelo tiempo atrás, y el padre de éste, y el padre de éste también hasta que toda mi sangre, y toda mi alma y tantos recuerdos, quedaron siempre con las mismas palabras que mi abuelo me dijo y que en mi mente, se grabaron.
Pero aun así, con todo eso y que iba avisada de ante mano, no lo asimilé. Cuando él se marchó dos semanas más tarde no logré llorar más de las trece veces que ya había gritado su nombre, porque sabía, maldita y bastarda certeza, que no volvería a ver a Tomás en mucho tiempo, quizás demasiado. Y a fin de cuentas, no me importó realmente. O quizás sí, pero mi mente ha querido borrar ese recuerdo como los dibujos en la arena del mar que hacíamos de niños.
Ahora sé que estuve dormida mucho tiempo, viendo pasar las horas y a personas grises a mi alrededor. Sé que nunca pude arrepentirme de mis errores. Y a veces, cuando la lucidez de antaño vuelve a mí, me pregunto si no quise o no pude despertarme, y si es verdad lo que me dijo mi abuelo después, que el amor ya no mata, María, que ya nadie muere de eso. Sea como fuese, me recuperé.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Que sabias palabras. Hoy día, la gente no son más que eso, ratas sedientas de sangre ajena, buscando saciar su rabia.

Espia Rusa dijo...

Es verdad, ya nadie se muere de amor.
Preciosa entrada.:)

.A dijo...

me recuperé, porque más vale una vida amada..
que morir sin amor..

Anónimo dijo...

Nunca mejor dicho, esas palabras tienen toda la certeza del universo.
Y la última frase, también.
muá

Étoile dijo...

El amor no mata, su falta, sí.

Anónimo dijo...

Uff... me encanto... me encanto totalmente este escrito...
Me encanto sobre todo la parte de:
"Mi abuelo me había enseñado que en esta puta vida no valía arrodillarse, porque te comen, María, dijo, porque todos ellos, ratas cabronas de mierda, se lanzan hacia tí y te comen las entrañas."
Que no si ando con el puto dolor de alma o es que ultimamente siento odio desmesurado... pero esta genial...