lunes

Soy un pirata. Me hice pirata para huirte, pero ahora lo veo como un error muy tonto.
Para navegar entre tu pelo cuando estuvieras recostada sobre mí, porque en algún momento pactamos que yo llevaría el peso de tus manías, y tú, en fin, el de mis defectos -porque no existen los pactos equitativos-.
Para tripular la poesía que te juro que tengo incrustada en la boca, que no sé escribirte, pero que a veces, con la lengua, asfixias y sacas.
Me hice pirata para abordar toda tu vida porque no sabía como llegar a tocarte. Y ahora lo veo como un error muy tonto. Ahora que me paso noches en vela bebiendo la sal de tu cuerpo, del hueco de tu clavícula, o en los recovecos en tu espalda. ¡Y solo para que me beses los labios agrietados! No quiero pedirte un beso que sería menos beso si no te lo robase con un poquito de trampas.
 Porque soy pirata, porque me hice pirata por ti, qué coño. Porque te gustaba ser mi corsaria y a mi el pasajero de tus conflictos. Porque desde hace una hora, diez minutos y veinticinco segundos que no duermo ahora que te he conocido, que te he visto, que te he perseguido con la puta mirada de jodido acosador, y sé -porque soy pirata- que te quiero.

1 comentario:

Killian Lovecraft dijo...

¿Y esto? Llevas décadas sin escribir, se te van a pudrir las letras de tanto 'borrón y cuenta nueva'.

Me siento algo solo allí arriba.