viernes

Me anocheces. 
Y lo sé porque me ilustras. 
Porque querernos es vender nuestra piel para gozarnos.
Porque haces temblar mi pulso.

"Estará despertando", me dije.
Pero el caso es que,
mientras tú me finges,
yo me dedico a combatirte.
A morderte el atardecer sobre tu rostro,
y a jugar con las pecas que salpican tus mejillas.
A culparte por quererme tan a ciegas,
y a besar lo que queda ya de tus manías.

No cojas el teléfono aunque nos insista el destino,
que nos dice que no es amor si lo que hacemos es realmente descosernos.

Y tú me finges.
Y yo lucho contra las costuras que aprietan tu nombre. 
Y se nos va la arena del reloj en enredarnos desde dentro.
Y mientras llama a nuestra puerta el destino dispuesto a separarnos
ya eres caos y yo poesía. 
Y lo que bebo es tu orgasmo que me ilustra y anochece.

"Estará despertando", me dije.
Y lo sé porque a abierto la boca para exhalar mi aroma,
y vengarse de todo el amor que nos cansa los defectos.

1 comentario:

Gabriel Montesinos dijo...

Mantén el equilibrio, no sea que te tropieces.