lunes

"Quiero cantarte lo que hacen tus versos con mis sonidos."
Y yo me dejé cantar para ir a buscarte.
Y he recorrido cada ventana donde dejamos nuestros besos.
Y he visto el amanecer por la mañana,
y he consultado el mapa de tus piernas,
y he seguido tus pistas,
 y tus lunares.
Me he confundido con la lluvia mientras buscaba tu nombre y tu presencia,
y se me ha empapado el alma de tu recuerdo.
(Luego me llegó la muerte)
y al ver que no venías me he dejado escurrir por debajo de las faldas de alguna fulana.
Me he dejado devorar por la última cama donde desnudé tu nombre 
y jamás he vuelto a tocar el agua,
ni a calmar mi sed de ti.
He vomitado todos los poemas que contenían tu cuerpo
y he probado otros labios, 
y otros cuellos,
para estar seguro de que no vendrías.
Y a todas las calles les he prohibido susurrar tu nombre 
mientras yo camine por mi tristeza y mis escombros.
Le he prohibido al viento desperdiciar tu aroma, 
y a mi deseo desear que se acabe tu ausencia 
y que conviertas de nuevo mi boca en tu almohada. 
Que me recorras las entrañas con las puntas de los dedos,
e imaginar de qué color serán tus mejillas.
(Luego vino la muerte)
y como un loco comencé a surcar los bares y los hielos de las copas solitarias que nos pasábamos con las lenguas afiladas de tanto Amor.
Y navegué los martes que no saben de mi existencia si no voy contigo,
y las bombillas apagadas que nos espiaron haciendo el amor.
Me he mudado de casa;
y he cambiado de piel.
Y no te he encontrado.
Ni en el bar,
ni en las cervezas,
ni en las fulanas.
No te he encontrado en otros cuerpos,
ni en otros nombres.
Ni en el paisaje.
Ni en el despiste.
Ni siquiera en la avaricia.
No te he encontrado ni en el "casi" ni en el "hasta nunca"
y mira que te he buscado en cada frase.
No te he encontrado.
Y la desesperación preguntó por tu nombre y yo la remití a mi olvido.
(Luego vino la muerte),
y tus te quiero los vertí en otro escote.
(Luego vino la muerte,)
pero yo ya me había ido.

No hay comentarios: