lunes

A mi chica palo.

Me (re)ordenas.
Desenredas las ganas de mi pelo
y desenganchas todo este Amor de entre mis costillas.
Vienes,
me ve y me miras,
y conmigo guerreas contra la infelicidad de mis poros.
Desordenas mis pensamientos
y a la vez me clavas otro tipo de ganas y otro tipo de poesía.
Y joder como quiero oír tu voz por la mañana.
Y que me ates
(sobre todo que me ates)
a esta realidad que tan poco me gusta.
Que me hables 
y susurres
y me quieras,
sanadora.
Que tus brazos me den el aire que me han quitado.
Que vengas y que no tenga que trasnochar su ausencia sola...
Porque para sobrevivirla,
y no pensarla,
ni sentirla,
ni quererla desde lejos,
tú,
has creado el mapa perfecto para luchar en esta guerra.
Para guiar a mis miedos y soldados entre tanta melancolía.
Y tus cuentos...
lo que daría yo por tus cuentos cada noche y cada primavera.
Porque vienes,
me ves y me miras,
y para sobrevivirla en esta guerra
has pisado cada poro de infelicidad de mi cuerpo.
Y tu voz... y esos cuentos...
Me curan.
Cada noche.

2 comentarios:

dijo...

precioso (y más precioso todavía es sentir eso por alguien)

Isabel Topham Núñez dijo...

Tambien escribo y tngo un blog a ver si tee gusta: runnersinalinto.blogspot.com.es (poemas y relatos)