domingo

Cuando Alice se miraba al espejo se preguntaba de qué material estaban hechas las lágrimas que le iban ensuciando el rostro con aquellos malditos surcos. Y mientras se los limpiaba, tomaba conciencia de que su frágil cuerpo no era más que dos mitades, que su rostro, que su pecho, que el mismo tronco de su cuerpo, su sexo y sus piernas estaba divididas en dos. Y que fuera como fuese una de las dos mitades, probablemente la izquierda por cuestión de preferencias, estaba vacía y el eco hacía ruido. La otra, en cambio, contaba con todo el dolor, con toda la impotencia y el amor del mundo. En medio una putada de agujero minúsculo, taponado, desesperante y frío.

SÁLVAME ANA

4 comentarios:

nerear47 dijo...

Me ha dolido la última frase, en serio. Un besazo.

Anónimo dijo...

Lograste expresar el sentimiento vacio que antes he sentido.. muy buena entrada.. lograste que totalmente me identificara.. tus matices hacen que mi imaginacion brote y sin mas... te imagino sin sentido.

te sigo...
una sonriza ;).

.A dijo...

yo no quiero que dejes de escribir

L. dijo...

Las lágrimas están hechas de sueños rotos, de desees que no se cumplen y, tal vez, de un poquito de impotencia,al menos las que yo conozco..
vas a dejar de escribir? por qué? si se puede saber, claro
Un beso :)