cuando la luna se esconde

viernes

Antes de cualquier otra cosa creo que debo darle las gracias al amor de mi vida, Carlota, porque sin ella esta historia jamás hubiera nacido. Si no hubiera cometido esa gran gilipollez ambas seguiríamos ahora juntas. Pero el miedo de la comió, señores y señoras.



como resultado Érase una vez Carlota y Denna

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Kath y Ellyn de como besa la primavera al invierno de noches vacías y camas ajenas de anáforas estridentes de tal y cual y nada de nada de que me duele el corazón y no tengo manera de arreglarlo de cosas abstractas de Cuentos del Cielo de fetiches malévolos Érase una vez Carlota y Denna de las confesiones de Viola del cajón donde (me) guardo de tu recuerdo sobre el mío de Valentía y poca sensatez
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