viernes

Lloro como si me hubieran arrancado el mecanismo interno que posee mi corazón para funcionar, ese remoto que a veces no siento pero que siempre ha estado ahí, como una fuerza inamovible.
Dejó de moverse con la misma facilidad con la que un día comenzó a latir sin pausa y con algo de deprisa.
A veces pienso que es casi como un juguete, que a su antojo se mueve y me arranca el aire de los pulmones, dejándome la piel mustia de tristeza, rígida y acartonada porque ya nada la endulza, porque sabe a dolor, y es amargo.
Lloro y noto como cada resquicio de mi cuerpo llora conmigo la ausencia, porque estoy llena de amargura, llena de pena..

2 comentarios:

Melodías Agridulces dijo...

Me encanta como escribis, también he pasado por esto. :s

While dijo...

Oh, pero que comienzo tan brutal (una entrada verdaderamente buena)

Crêpes
rellenos de
sonrisas.