jueves

Temo que e su corazón solo quede un odio ciego.

Adrien me recuerda cada día que odia al mundo por permitirme vivir. Lo hace su mirada y el escalofrío que recorre mi cuerpo cada vez que nos vemos. Lo veo triste, muy muy triste. Y furioso. Temo que en su corazón solo quede un odio ciego y ponzoñoso.
Un día, incluso lo vi vomitar su amor por mi en el lavabo, como si así sus entrañas al menos pudieran librarse de mi recuerdo durante un segundo. Pero eso nunca pasa ¿no? Porque de nuevo lo veo en esa maldita ventana suya, odiándome para siempre con toda su alma y muriéndose por un amor que, al fin y al cabo, nunca tuvo.

8 comentarios:

Yondy dijo...

Su culpa e_e
Si él odia al mundo por permitirte vivir, Miriam, es que debe hacérselo mirar.
Adrien debería resistirse a su propio odio, y que no esté furioso por algo que no puede pasar (aunque triste se lo permito, porque triste es el único sentimiento al que aferrarte después de morirte "por un amor que, al fin y al cabo, nunca tuvo"). Que no te odie.

Escribes genial y tu blog mola, y aunque te lo haya dicho otras veces, cada una lo afirma con más seguridad que la otra :3

Saludos ^.^

PD: Sí, un comentario que (se nota que) está hecho sin que escuche música y sin que tenga inspiración (pero mira, me he forzado, hace mucho que no dejo comentario por estos agradables lares) y por lo tanto pierde ciertamente un poco, pero es lo máximo a lo que llego sin haber cenado e_e

B. dijo...

Nadie deberia ser Adrien.

R.

Bika Thraumer dijo...

Pobre, solo queda rogar por el.

.A dijo...

si le rompio el corazon..

Anónimo dijo...

Pobrecillo Adrien.

Un muá(h) y un sugu de limón!

Yettunde dijo...

A veces el amor es tal que no llegamos a comprender por qué no es correspondido. Quizás sea esa la condena de Adrien.
Creo que lo que más desgraciado le hace es que aún le queda amor, disfrazado de odio, para esa chica.

Muá!

Étoile dijo...

Y eso prueba que hay amores que matan, aunque sea de una forma tan agónica como el odio.

Un muáh :]

Mily dijo...

Mi pequeña escritora, sabes cómo ganar mi cariño.