lunes

Algo le decía a Eryx que aquello que hacían no estaba del todo bien.
- Definitivamente, nos hemos perdido- susurró.
- ¡Shh! ¡Cállate! ¡Porque como nos descubran te romperé las piernas, imbécil!- Aline lo fulminó con la mirada y siseó- Quedas advertido.
Eryx puso los ojos en blanco y bufó, pero la siguió por los túneles oscuros del pabellón. Quería saber que había más allá de la salida, aquello de lo que Aline siempre hablaba después del toque de queda.
Miró al frente y envidió una vez más aquella facilidad que tenía su compañera para mimetizarse con las sombras. En cambio, a él se le incrustaban en la cabeza los susurros delirante de los presos, desconcentrándolo e impidiéndole ver más allá de sus risas nerviosas y llantos coléricos.
Eryx avanzaba a duras penas entre el vaivén de los murmullos por el estrecho corredor que simulaba a la muerte, con las celdas a ambos lados, hasta que Aline se paró y juntos se pegarón a la piedra oscura. Se oyeron voces en la primera puerta.
- ... Sí, supongo. Pero creo que deberíamos hacer algo. Los presos se ponen nerviosos y...
- ¡Están locos, Dan! No deberias darle tanta importancia. En realidad... ¿no?
- Ya sabe que opino sobre ese tema. E incluso he escuchado que los sieleeh todavía recorren el norte- el tono de Dan subió una cuarta- Y nosotros estamos...., jefe, muy cerca.
En las mentes de Eryx y Aline se dibujó la misma idea. Aquello les daba una considerable ventaja.
Eryx golpeó el hombro de su compañera y volvió sobre sus pasos. Aline lo seguía con una media sonrisa.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas noticias, al parecer.

Un muá(h) y un sugu de limón!

Zahira Islas dijo...

Una historia interesante... me encanta como escribes.
Un beso.

Débora Sandoval dijo...

a vivir aquella considerable ventaja
;))
muy linda historia

Saludos!*

El Drac dijo...

Tienes un excelente realismo para el relato, lo he visto cual si fuera una película!!

Zazish dijo...

Muy bueno, quiero seguir leyendo.