miércoles

Un espejo que cuenta mentiras

Advertí como su pecho subía y bajaba lentamente mientras se quitaba la ropa. Entonces fue cuando la vi meterse en la ducha y romper a llorar. Lloró lágrimas de tristeza, de rabia, de dolor. Os aseguro que jamás he sentido un dolor tan absoluto. La vi romperse en mil pedazos y llorar amargura. Sus sollozos me atravesaron los tímpanos y fragmentaron mi corazón.
Tenía los músculos en tensión y apretaba tanto la mandíbula que pensé en sus dientes como trozos blancos desperdigados por el suelo. La vi pegar golpes a la pared con tanta fuerza que imaginé como sus manos de cristal se hacían añicos.
Y mientras lloraba, pataleaba y gritaba por lo bajo murmuraba lo injusto que era todo.
Me dolían sus lágrimas y esa desesperanza que salía por cada poro de su piel y atrvesaba los míos. Porque no lloraba por él, ni por Amanda o Lucía. Lloraba por ella, gemía por ella y sufría por la misma razón.
La ví tan desorientada y perdida que las ganas de abrazarla y no soltarla jamás me empujaron hacia ella. Pero me detube.
Contemplé su mirada triste mientras, mojada, salía de la ducha y las lágrimas que derramaba se confundían en su piel. Y advertí de nuevo como mi corazón se encogía cuando se sentó en el suelo y se puso a escribir.

5 comentarios:

Yettunde dijo...

hasta a mi me entraron ganas de consolarla..

Sara Carmona dijo...

Y estos son la clase de textos que escribes con los que me quedo con la boca abierta y flipando como el dolor que transmite llega hasta lo mas dentro de mi corazón. Me entran ganas de correr y abrazarla, y abrazarte. Demostrarle o demostrarte que pase lo que pase no vas a estar sola y aunque ya este la cosa algo distanciada sigo aqui. Tanto para ella como para ti.
Un beso, Marta.
Gracias por cada letra que escribes. Seguidas del resto haces maravillas, de verdad.

bixitoluminoso dijo...

Totalmente de acuerdo con Nami murder...

podria decir mas cosas, pero seria repetirme pq ese seria mi comentario

Patricia Nájera dijo...

abrázala fuerte, muy fuerte.

Claudia Hale. dijo...

Cuantísimo dolor en tan poco rato... se me ha puesto la piel de gallina y me han entrado unas ganas tremendas de romper barreras de tiempo y espacio para consolarla. Para limpliarle esas lágrimas que le duelen tanto..
Yo también creo que necesita un abrazo.
Eres increíble, no me cansaré nunca de repetirlo.
Muáá! :)