Su cara se volvió tan pálida que Javier se asustó, aun sabiendo que era lo que le pasaba. Comenzó a parpadear y se paró en seco en medio de la calle.
Cayó de rodillas, tosiendo y manchando el suelo de sangre. Cerró los puños con tanta fuerza que sus nudillos se volvieron blancos.
Alzó la cabeza y lo miró. Su cara estaba surcada por lágrimas y un hilo de sangre que caía desde la camisura de sus labios.
Él se agachó y la abrazó.
Entonces comencó gritar desesperada, arañando la espalda de Javier. Gritó hasta que se quedó sin aire en los pulmones y tubo que dejarse caer en el cuerpo que la sostenía.
- No me quiero morir...- susurró.
Pero lo haría.
11 comentarios:
Es horrible saber que vas a morir. Yo preferiría no enterarme de nada.
El texto inspira... un terror contagioso.
.PainRider.
Linda entrada en tu blog, me encanto =D
Y tanto que lo haría. Mejor no saberlo, al menos cuando es inminente.
Pobrecita, espero que en el caso de que muera, Javier esté con ella hasta el final.
En esos momento es en los que más se necesita a esas personas.
sencillamente perfecto ^^
que duro es saber que te vas a morir...
tranquila mas que amor es amistad =) yo no tengo nada con el que no sea amistad por cierto! llegue a los tres meses! ^^
Momentos finales en los que eres conocedor de lo que pasará, demasiado trágico.
No seguiría viviendo si me dijeran el día en que voy a morir o de que.
Un beso :)
PD: Pobre Sofía... ninguna debería sentir ese tipo de fuego.
Que muerte más horrible, entonces.
Beso!
Es estremecedor.
Me ha encogido el corazón.
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