miércoles

Echo de menos mi casa, aunque todavía no sepa exactamente dónde está. Al final he visto que por mucho recorrer el mundo  y saltar de ciudad en ciudad, las cosas que te hacían quedarte pueden desaparecer. Pueden ser naipes. Pueden, un día, simplemente no estar
Por eso ahora busco mi casa en tu hombro. En tu ombligo. En las madrugadas de lluvia. En la espera, supongo.
Busco mi casa en la nieve. Entre las letras. En la poesía. En miles de chorradas que sé bien que nunca me llevarán a casa, pero es que la búsqueda es tan tan tediosa... A veces siento que nunca he parado de correr mientras buscaba. O que mi casa eras tú, pero te has ido. Qué se yo.

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