Me
llamo Viola. La primera vez que escucharon mi nombre en el colegio
nadie se rió. En cambio hubo un largo silencio, uno de los más
largos de vida y uno de los más importantes, que quedaría grabado a
fuego en mi memoria para salir en alguna que otra pesadilla de vez en
cuando.
Si
preguntas que fue de mí en aquellos años mis recuerdos por fin se
tornan borrosos a fuerza de insistir, porque si en aquel entonces
pensaba que los niños eran crueles era porque no sabía ni la mitad
de lo que me condena ahora, porque era pequeña y eso ya me parecía
lo suficientemente atroz como para plantearme que realmente son
mounstruos, y las burlas no más que pequeños golpes, nada comparado
con lo que habría después.
Recuerdo
sin embargo que mucho más amargas eran las miradas de los
profesores, que ciegos, mudos y evidentemente sordos, se limitaban a
apartarme como si no se creyesen del todo que no lo estaba ya, y no
dejaban de repetirme que mi nombre era muy bonito y yo una chica muy
guapa, que no pasaba nada cuando sí que lo hacía, y todas esas
veces me pregunté de que árbol se habrían caído estos adultos,
que ya ni excusa tenían de puro tonto.
Yo
no lloraba, nunca, pero todos ellos insistían en tenderme un pañuelo
de papel que yo mojaba con saliva, porque entonces no se callaban,
Viola, puedes llorar, cariño, yo voy a castigarles y vuelvo
enseguida. Pero mi cara seguía exactamente igual y el pañuelo en la
mesa, ahí, tieso, y sus comisuras dibujaban un mohín tan seco y tan
feo, que por fin opté por engañarles.
Me
ocupé de que los libros fueran mi vida, de no llamar la atención ni
meterme en peleas. Estar sola siempre era preferible y aun así no
describo esos años como tristes, simplemente veo un gris opaco
cuando consigo rememorarlos un poquito, cuando me salgo de la fina
franja que separa esos años de los últimos, de Cristina, que llegó
para salvarme como si desde entonces hubiera estado sedienta y no me
hubiera dado cuenta hasta que apareció, y comenzó a llover y tuve
que sonreirle al cielo porque en el desierto nunca había habido agua
hasta ella.
(cada domingo, si os gusta, Viola volverá ^^)
4 comentarios:
bueno aqui andamos Viola, un lindisimo nombre =D
Me has conmovido.
Recuerdo a Viola como si fuese ayer. Me alegro de volver a verla (:
PD: Me encanta el diseño de tu blog!
J.
Adultos tontos y una niña con nombre melodioso. Pobre Viola.
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