cuando la luna se esconde

- Pasaron horas, no sé cuantas exactamente, pero el sabor de su piel seguía en mi boca mucho después de que se marchara. La seguía viendo tumbada boca abajo en la misma cama en la que ahora duermo, con las curvas de su cintura desnuda retando a mis ganas.
Recuerdo los malditos buenos momentos en aquel puente, los besos que nunca nos dimos y lo poco que importaba aquello. Porque aunque solo estuvo desnuda bajo mi mente enferma, siempre fuimos más que los demás y ambos lo sabíamos.
Sí, mi amor pudo ser una locura y yo un necio, pero nadie la amó como yo lo hice y aunque ya no esté... Sigo echándola de menos.
Puede que sea un loco, Rune, que mi vida en busca de aquellos sonidos haya sido en balde, pero fue real y lo he sabido siempre.
- ¿Qué harás cuando la encuentres?
Vi que Axel cerraba con fuerza los puños, que el cuero de sus guantes negros se quejaba en un crujido que su dueño ignoraba, cegado por lo que supuse sonidos amargos.
- Restregarle en la cara que sobreviví sin ella.
Mucho tiempo después de abandonarlo a él, a Kyliam y a los otros, descubrí que Axel no se engañaba a sí mismo, que la realidad vivía constantemente con él, pero que siempre le fue más fácil mentirle a la vida yendo a contrareloj. Aunque éste jamás hiciera un pacto con él.