viernes

- Alice me ha dicho que estabas aquí.
- No la llames Alice. Es una gata traidora.- sonrió.
- ¿Estás bien, Kyliam?
- Claro.
- Venga ya, que nos conocemos desde hace bastante.
- Es que no sé... Se parece tanto a Eveen... Y en realidad son completamente distintas.
- ¿Tú también lo has notado, eh?
- Son sus mismos ojos, Rune- Kyliam me miró fijamente a los ojos, serio, muerto por dentro.
- No conocí lo suficiente a Eveen..- mentí.
Me sonrió de nuevo, dando por zanjado el tema, y se alejó hacia el fuego, donde los demás combatian el frío acurrucados sobre sí mismos. Todos éramos entonces demasiado orgullosos como para darnos calor mutuamente, aunque no hacerlo supusiese congelar hasta la última célula de nuestro cuerpo.
- ¡Eveen!- le grité al cielo, al silencio, quizás a la noche- Deja de jugar con él ¿me oyes? Baja de donde quiera que hayas subido y olvida tu nieve blanca.
Oí lejana su risa. Maldita perra.

4 comentarios:

.A dijo...

no quiso volver..

Bika Thraumer dijo...

:) Me encanta

Anónimo dijo...

¿Y si van en su busca?


Una bolsita llena de sugus de manzana.

lavidamisma dijo...

me encanta!