Hoy Kath está triste. Lo ha notado el café de todas las mañanas, la ducha fría e incluso su ropa interior negra.
Kath pasa del salón a la cocina y me intenta sonreir. Y yo me muerdo el labio inferior y me acerco a ella, abrazándola con fuerza.
Porque Kath, mi princesa, no puede estar triste. Si no el mundo se vería mas gris y las estrellas seguro que brillarian menos ¿no?
- Ellyn, estoy bien.
- No, no lo estás.
Kath intenta parecer indiferente, pero no lo consigue. Y se acurruca más entre mis brazos y susurra.
- No me vas a soltar ¿verdad?
- Claro que no, tonta.
- Entonces abrázame más fuerte, Ellyn. Hasta que se oiga el clac de mis huesos y mi corazón explote de felicidad.
Kath está triste ¿sabes? Por eso hoy la he arrastrado al cementerio y estamos frente a la lápida del Capitán.
- Querido Capitán Garfio... Te echamos de menos...- dice Kath.
La miro, y para mi sorpresa la veo sonriendo. Por eso la abrazo, con mucha mucha fuerza. Para que no se pueda soltar jamás y esté así siempre, conmigo. Me niego a creer que un día se pueda ir de mi lado.
- Hasta que tu corazón explote de felicidad ¿no, Kath?
12 comentarios:
qué bonita historia :) me ha encantado!! :)) genial!
El corazón no debería explotar, que a ver cómo consigue otro después.
Beso!
El clac de los huesos, el sonido de la felicidad. :)
Los abrazos y las sonrisas son la mejor medicina del mundo
Nadie como el capitán Garfio para animar a una persona. Los malos siempre tienen su papel.
Un abrazo
Dana quiere que la abracen igual, hasta oir el clac y explotar de felicidad en mil cachitos color arcoiris.
Ui, pues mejor que no explote, que eso tiene que ponerlo todo perdido.
(unmiaudemapache)
Me da la sensación de que he soñado hoy con esto xD o algo relacionado con el capitán.
Me encanta, resulta muy tierno.
Hasta que todo explote en una lluvia de polvo de hada y ya no quede nada, ni nadie, que recoja el desaguisado.
Que la abrace, que la abrace muy muy fuerte... porque para ella ese será el mayor refugrio que pueda tener, sus brazos :)
Un muá.
Ellyn puede hacerle estallar el corazón a cualquiera. muás
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