sábado

Esa sonrisa que no llega jamás a sus ojos.

-Oh,vaya, parece que tu chica hoy no está- se mofa-.
Hay veces en las que me pregunto como puedo ser amigo de este imbécil.
Dicen que de errores se aprende, pero parece ser que yo no aprendí demasiado.
- Callate, Silvestre-.
- Silver- corrigue con un mohín.
Entonces supongo que me acuerdo de la amistad que no une y eso evita que lo mande a la mierda. Me cae bien, aunque suene poco creíble. Siempre me ha gustado pensar que hay cerebro dentro de esa cabeza suya. Será idiota, pero es Silvestre.
Nos sentamos en la terraza del Espinosa, la mejor cafetería de todo el barrio. Sus cafés tienen el gusto de años pasados y el aroma de historias viejas.
Le doi un sorbo al café sin aparta la mirada del escalón de mi propio portal. Parece solitario y triste ahora que la Chica de los Lunes no está.

- ¿Sí?
- Tio, ¿todavía sigues ahí?
Suspiro. Y yo pensando que a la quinta se cansaría.
- ¿Para qué me llamas exactamente?
- Quería consolarte ¿sabes? E invitarte a un club donde hay unas tias con unas grandes y hermosas...
- Silvestre, para- Paciencia, Max-.
Lo oigo suspirar al otro lado del teléfono.
- Llevas esperándola toda la noche. Acepta que no va a ir.
Cuelgo y suelto un largo suspiro, decidido a no hacerle caso. Pero ya está, porque ha conseguido que el comodín de la duda no me deje. ¿Y si tiene razón?
- ¿Tienes la manía de maldecir por lo bajo?- pregunta una voz-.
Y veo que la Chica de los Lunes lleva su falda caqui de los viernes y su blusa blanca. Veo que se estremece de vez en cuando por el frío y que la sonrisa que esbozan sus labios no llega a sus ojos.
Me levanto del escalón donde llevo esperándola todo el día y sacudo mis vaqueros. Me duele su mirada.
- Sí, muy a menudo.
Entonces me doy cuenta de que la tengo que mirar y levanto la vista hacia ella. Ahora el viento mueve sus cabellos castaños, y a mí me parece que está lejos, donde nada ni nadie puede alcanzarla. Y hacerle daño.
Sé que espera que diga algo cuando el silencio que se instala entre nosotros se vuelve incómodo. ¿Pero qué le digo?
- Quería invitarte a cenar-.
Sonríe y vuelve a ser una sonrisa triste. Me pregunto si alguna vez la alegría llegará a sus ojos.
- ¿Y también tienes la manía de invitar a las desconocidas a cenar?
- ¿Y tú de rechazar a los que te invitan?
- No te he dicho todavía que no.
- Pero lo vas a hacer ¿me equivoco?
La vuelvo a mirar y aunque sus ojos están vacíos, se nota que se está divirtiendo. Se acerca y reconozco ese perfume dulce que envuelve el escalón todas las mañanas.
- ¿Me estabas esperando? ¿Para cenar? ¿Es eso? ¿Esperas a una desconocida hasta medianoche para invitarla a cenar? Te has vuelto loco- asegura-.
Veo en su rostro rabia y una advertencia en sus ojos de que pronto habrá lluvia de lágrimas. ¿Pero cómo ha acabado todo así?
Parece furiosa y dolida y yo levanto las manos, sin saber muy bien que hacer. Y es cuando se da la vuelta y echa a correr.
- ¡Ey, espera!- grito- ¡Si te conozco! ¡Llevas tres años en el escalón de mi casa ¿cómo quieres que no te conozca?!
La veo pararse unos metros más allá y clavándome sus ojos tristes.
- ¿Y acaso sabes por qué?

La Chica de los Lunes se va y el escalón queda vacío. Y yo plantado allí, ignorando a mi corazón desbocado y preguntándome por un instante en esas horas de espera, quién es realmente la Chica de los Lunes y por qué tengo la certeza de que a la mañana siguiente, no estará.

17 comentarios:

mimi dijo...

Guau! Guau! Dios me ha encantado el ultimo parrafo. Peor yo quiero saber quien era y porque se sentaba alli. Y que hará el Max este!

Genial el texto, me ha gustado mucho
Besoss!

Laura dijo...

Oh!
Me re-encanta la frase: "¿Y acaso sabes por qué?"
Parece que estuviese esperando una respuesta. Yo creo que Max tiene que volver a esperarla y darle una buena respuesta.
Así ella se dará cuenta de las ganas que tiene Max de conocerla.
Besos

Carlota dijo...

La única frase coherente que se me ocurre es: ''Me gusta''. Asique conformate con eso porque creo que por muy largo que sea el comentario lo único que de veras importa es esa frase.

Sara Carmona dijo...

oooh! me ha encantado y sobre todo el ultimo parrafo!
quiero saber quién era y por qué esta ahi la chica cada dia!

Un beso =)

Ironía dijo...

Ah, pero esto aqui no acaba eh?
Quiero una segunda parte!:D

La Chica de los Lunes tiene que aprender a confiar un poco más en el mundo que la rodea, y por consiguiente, en Max.

Anónimo dijo...

¡Hola Diane! Esta actualización ha sido increíble.

Espero que la niña del Lunes vuelva a aparecer pronto ^^.

Besos.

galmar dijo...

...tesigo! :)

Zazish dijo...

Quiero saber por qué lleva tres años en el escalón de su casa.

Quiero saberlo, y seguro que él quiere todavía más. Pero hay personas que no nos dejan acercarnos demasiado.

Sonia Ruiz dijo...

Pasar mucho tiempo con una persona no significa que la conozcas del todo.

Besos

For the heart i once had dijo...

Dios mio, que preciosidad de texto!
me pregunto una cosa, la chica de los lunes , algún día se quedará ahí, para ver que es lo que sucede?

Un beso! amo este blog!

Ximenna dijo...

si muy cierto!

Débora Sandoval dijo...

*ignorando a mi corazón desbocado*

suele pasar diario eh!
y ahi siempre nos quedamos!

Lindo escriTo :)

zaLudos!!!

IRENE Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ dijo...

Sublime, me ha dejado con la incognita, volverá en algun momento?? y averiguara el porque se sienta ahí?

Genial!!!

Hollie A. Deschanel dijo...

Precioso :)

Beso!

Sonia Ruiz dijo...

En mi blog tengo un premio para ti.

Doña María dijo...

Oye, hija, te prometo que me llevaré el secreto a la tumba. ¿Quién es la Chica de los Lunes?

Palm dijo...

me ha encantado, enserio!