domingo

Un juego, un disfraz

Se miraron y quizás, en  ese momento, el tiempo se paró. A lo mejor, en ese instante, solo existieron sus ojos para él. Pero Sue no se paró a comprobarlo. Con una sonrisa taimada, contestó:
- ¿Qué es para ti el amor?- la voz de él seguía sonando en su cabeza como una eco lejano. En su cabeza, su voz sonaba crispada y rota.
- Un castillo de naipes.- Y en el mundo de Sue, todo desapareció, dejando solo oscuridad.
¿Por qué sabeis? Hay cuentos que no tienen final feliz...

2 comentarios:

Dara dijo...

¡Qué va!
Es doscientas cincuenta y siete cosas distintas a eso.



miau
de
bollito
de
crema

Anónimo dijo...

Demasiados cuentos, tal vez. Aunque también uno es capaz de volverlo alegre con esfuerzo =)

A Mery le encanta la imagen de la noria y se pasará por tu blog cada vez que pueda =)

Un beso de piruleta de corazón!