Y todavía me queda mucho más que decir.

Lo entiendo y sé que es culpa mía. Ahora escuchame, por favor. Me toca hablar a mí.
Me siento mal. Porque ya no me quieres, porque es culpa mía.¿Pero tienes idea de lo que más me duele? No fui capaz de enseñarte eso, de demostrarte lo que eres capaz de hacer. Me rendí, me dejé llevar. Y fallé; como amiga, como novia y lo que es peor, como persona.
Los dos sabíamos que yo no era esa chica, que se acabaría. Pero creía poderte hacer ver que eres capaz de todo eso. Y fracasé...
Me duele muchisimo esto y lo sabes. No tienes ni idea de cuanto te sigo queriendo. Recuerdo aquel hasta pronto, los besos en el callejón, las risas, las promesas. Recuerdo la primera vez que te oí decirme que me querias. Jamás olvidaré aquel te quiero. Y me odio por haber fracaso. Te dije que siempre oirias mi voz en la oscuridad, y no supe cumplirlo. Asi que perdóname. Porque puedo aceptar que no me quieras, que se haya acabado, pero jamás me perdonaré el haber fracaso en lo que yo creía más importante que el amor que siento todavía por ti.
Cuando éramos amigos no hacía todo eso porque te quisiera, sino porque era tu amiga y tenía que hacerlo. Creo ser una de las pocas personas que ha visto tu increible potencial. Te escondes cuando deberías darte a conocer. Y lo hiciste conmigo, pero lo vi tarde. Ahora no puedo enseñar a nadie más lo que vi.
¿Sabes qué, cielo? Recuerdo cuando aquel último día cerré los ojos pensando que aquella felicidad jamás se iría. Sentí tus dedos acariciando mi cara, aunque no sé, quizás fuera una imaginación mía. Y sabía que me mirabas, asi que abrí los ojos y sonreí. Te besé. Y por un momento nada más importó. Creía que lo había conseguido, solo me faltaba un poco más. Pero se acabó, como cuando el último grano de arena cae el fondo de cristal del reloj. Y simplemente es así ¿verdad? No va a cambiar...
Sin embargo, me alegró porque sucedió. Gracias por hacerme feliz. Gracias. Ojalá pudiera pedir de nuevo otro beso...
Yo todavía quiero una última caricia de tus labios...