sábado

Una carta de amor


Querido Matthieu:


Es de noche y la lluvia cae con fuerza sobre París. Aquella bella ciudad que veo a lo lejos se ha convertido, una vez más, en un montón de sueños rotos. Me duele verla, porque abre de nuevo y con más fuerza aquella cicatriz que nunca debió existir. Me pregunto si las gotas transparentes que caen no son las lágrimas del cielo. Quizá esté tan triste como yo.
Recuerdo todavía nuestras tardes por las calles de la ciudad, cogidos de la mano, y nuestras risas, que se oían a lo lejos. Como nos escapábamos para estar juntos, fuera de día o de noche. Pero lo que nunca olvidaré será aquella tarde de verano, en lo alto de la colina verde mirando el cielo.
¿Sabes? Estoy en esa misma colina ahora mismo, contemplando el negro cielo parisino. Las estrellas no brillan esta noche.
Cierro los ojos y me dejo llevar por el viento. ¿Cómo es posible qué, después de tanto tiempo, pueda todavía sentir tus labios? Sí, siento aquellos besos, esas eternas caricias. Porque aunque también hubo palabras, solo las tres promesas que nunca llegaste a cumplir perduran en mi mente. Puede que no lo recuerdes, pero jamás volviste a por mí, nuestro amor no fue eterno y tu sonrisa no me alegra en las noches oscuras, cuando lloro por tu ausencia.
Siento que desde que te fuiste el Sol no sale y aunque lo llamo, este no viene. Al igual que tú...
Mi corazón late más despacio a cada segundo que pasa y sé que un día, dejará de hacerlo. Y me iré para no volver, Matthieu. Ya nadie recordará nuestra historia.
He deseado demasiadas veces que mi vida se acortara, que el tiempo que para mí pasa tan despacio y que es tan doloroso, corriera a la velocidad del rayo y se perdiera en el horizonte. Pero el reloj sigue igual cada vez que lo miro. Siento como la arena no cae y yo sigo atascada entre pasado y presente.
Me he preguntado muchas veces como puedo, a estas alturas, seguir viva. Porque aunque no lo creas, te llevaste mi corazón contigo y no puedo, ni quiero, vivir sin él.
Y es que te necesito a mi lado. Necesito de nuevo mirarte a los ojos y ver aquel amor inmenso, que el pasado me vuelva arropar y que nunca me deje ir.
No voy a vivir por más tiempo en un mundo en el que tú no existas, porque si no puedo soñar contigo, tampoco lo haré con nadie.
Nunca olvides que te quiero, Matthieu y recuerda siempre que los sueños, no son más que eso.


Helena”

1 comentario:

Mente. dijo...

Es preciosa,se que no te molara que comente pero...me ha gustado la carta.Tengo la sensacion de que ya me la habias leido¿puede ser?