domingo

Y solo esa idea, la de la libertad, se me antojó una empresa imposible para todo el gremio de raros que nos habíamos congregado junto al calor del fuego. Éramos miles de tópicos con una misma idea; pero aun así no dejábamos de ser tópicos, desconocidos ya no solo con diferencias físicas, sino que nuestra cultura, nuestras normas y nuestra forma de pensar eran visiblemente distintas. Supongo que por eso la convivencia fue a ratos difícil y siempre insoportable.
Los árboles que nos rodeaban y que en aquellos  meses fueron nuestro refugio, se convirtieron en los guardianes del silencio tenso que destilábamos a cada paso. Solo nos reuníamos para discutir y preparar la guerra contra el mismo opresor.
Aquel mutismo indiferente se convirtió en un sistema efectivo durante un tiempo, hasta que ya ni las gracias de Alice,  la chica gata, nos alejaron del aburrimiento.

3 comentarios:

Abril Viale dijo...

Si la chica gata no les aleja del aburrimiento, tendrán que alejarse ellos.

Anónimo dijo...

Mientras no empedran una lucha entre ellos, tal vez puedan aguantar un poco más.


Una bolsita llena de sugus de frambuesa.

Bika Thraumer dijo...

Que tristeza, deben encontrar una solucion pero ya ! Besos, feliz 2011 por si no te lo habia dado. Beso