Tuve miedo. Tuve un miedo irreflenable a que se fuera y que al final, no pudiera perderme con él. Pensé que el oxígeno que atravesaba mis pulmones iba a abandonarme también. Pero no lo hizo. Cuando él avanzó el día siguió tranquilo y mi oxígeno en su sitio. No vi que nada se alterase hasta que lo perdí de vista y algo estalló en mi pecho. Desde entonces he sido el reloj roto que no marca las horas. Voy a ratos. Y me duele.
Aunque hay otras veces que algo tira de mi.
9 comentarios:
><
Yo seré lo que tire de ti siempre que lo necesites Diane.
O: Espero que vuelvas a Tictaquear pronto, love.
P.
(y su ejército
de libélulas)
A pesar de todo, si atendemos bien, podremos notar como algo dentro de nosotros tira hacia delante. ¡Ánimo!
Uf... genial...
Uy eso debe doler un poco.
Besos!
Tira la vida :)
Me ha pasado, he tenido esas ganas desesperadas de irme con él...
pero en su equipaje no cabe mi corazón, solo hay lugar para uno...
un besito grande :D
Dile de mi parte que se agarre con todas sus fuerzas a eso que tira de ella. Seguro que la lleva a un lugar mejor.
Un muá(h) y un sugu de limón!
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