domingo

A Ellyn le gusta Shakespeare, el negro, el chocolate a la taza, escribir. Adora hacerse invisible dentro de alguna sudadera enorme y el olor a libros. También los zapatos. Y los cuentos de hadas.
Suele abrazar a las palabras con fuerza, pidiéndole en casi un susurro inexistente de lo bajito que es que no se marchen, que ella las necesita.
A Ellyn le gustan las nuevas princesas. Las de la nueva era, digo, esas con converses en vez de tacones y picardía en lugar de bondad.
Cocina con música, se ducha con música, camina con música. A veces.
Uno de sus sueños es tener un loft en Londres. ¡Londres! ¿Qué se le habrá perdido a esta chica allí?
Ama la magia de Venecia, la magia que existe, y la que no. Pero... 
- ¿Qué haces, Kath?
Ellyn se tira encima mía cuan larga es, intentando cotillear en mi libreta. No, que va, ella nunca haría eso... ¿verdad?
- Te pongo verde- contesto. ¡PUM! Cierro la libreta.
- Como si eso fuera posible- el Capitán maulla, molesto- Tranquilo, bola de pelo, todavía respira.- ambos se fulminan con la mirada.
- ¡Ellyn! No le hagas rabiar.
Ríe y se tira hacia un lado de la cama, frunciendo el ceño cuando me ve acariciar al gato negro.
- Lo mimas demasiado.
- Más te mimo a ti- le saco la lengua.
- Sí, pero es que yo te lo pago- replica. Adoro su media sonrisa.
- Pervertida.
El Capitán Garfio se dedica a lamerme las mejillas y Ellyn sale disparada hacia la cocina. ¿Qué tramará? Miro al Capitán, que parece que se encoge de hombros.
De un silbido, Ellyn llama al gato y éste va. ¿Pero cuándo aprenderá ésta chica? ¡Mi Capitán NO ES UN PERRO! Pero nada, siempre que lo digo, ambos pasan de mí.
Sigo escribiendo.
...sobre todo y ante todo...
Desde la cocina, Ellyn se ríe y yo ya sé que de algo se ha vengado, que yo reconocería su risa malévola en cualquier lugar.
- ¡Ellyn!
- Helado para el lindo gatito- me dice sonriendo cuando me ve llegar.
Sonrío, aunque las neuronas de nuestro gato hayan sido noqueadas por un kilo de helado de fresa.
- Te voy a matar. ¡El helado no es para los gatos! Y menos en invierno- casi grito, enfurruñada.
- Pero míralo, Kath... Mira lo feliz que parece el pobre.-ríe.
El Capitán Garfio, tumbado en el suelo con el hocico manchado, sonríe también.
- Además, ¿y las ventajas que nos da esto?
Ellyn me mira; yo la miro a ella y... ¡echo a correr!
- ¡Pervertida!
Pero ya me ha cogido de la cintura y me ha arrastrado a la cama, se ha puesto encima mía y me mira.
- Pero si sabes que te encanta, Kath- susurra. Y me besa.
Ellyn es Grande.

4 comentarios:

Enid West dijo...

Qué bonito! :3
Aunque Ellyn es tope pervert... juju xD

Bika Thraumer dijo...

aww me encanta este par :3

Unknown dijo...

Es una princesa moderna, con pisadas de arena y marca :)

Me encantan tus textos y el como saltan los diálogos justo en el momento oportuno. ¡Hasta transmites el congelamiento de cerebro temporal del pobre Garfio! Y eso es increíble. Me encanta de verdad :)

B. dijo...

Kath & Ellyn, princesas en su propio mundo. Vaya dos...
Me gusta, para variar (: